Mi sensación como espectador de esta obra fue como situarme en el sitio de una voyeur, ya que mi primera acción fue acercarme, mirar y curiosear en el interior de la roulotte.
Lo que mas me impacto junto con los sonidos de mujeres murmurando por los altavoces, fue la creación de una mujer que a primera vista puede parecer que esta dormida o sumida en un trance hipnótico del cual no va a despertar nunca, me transmitió varias emociones cuna de ellas fue asombro ya que estaba hecha de tal manera que parecía una mujer de verdad, con su bello corporal, sus arrugas, manchas en la piel...
también me transmitió tranquilidad y por otro lado "miedo" ya que parecía que de un momento a otro iba a a despertar.
No considero que sea una obra para ver con niños ya que no se puede tocar y está a una altura que ellos no alcanzan a ver nada.
Por ultimo realizamos la actividad de un mándala y fue un momento de tranquilidad y una especie de volver a mi niñez cuando jugaba con la arena, las hojas... sin importarme el tiempo.
Mónica Balandín Barbosa
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