MAGIA EN EL CENTRO DE MADRID

El día 11 de Marzo, tuvimos la suerte de poder disfrutar de una salida en grupo y poder disfrutar de un día de esos en que la primavera se está abriendo paso.

En esta salida pudimos disfrutar de los experiencias. Por un lado fuimos a visitar una exposición que se encuentra dentro del Palacio de Cristal, de dos artistas canadienses (Janet Cardiff & George Bures Miller) que se titula "El hacedor de marionetas". Hubo sensaciones, comentarios y reacciones de todo tipo por nuestra parte. Creo que ninguna estamos familiarizadas con un tipo de arte tan alejado de lo clásico, de las pinturas, de la escultura clásica, etc. y por ello hubo interpretaciones diferentes.

FOTO DEL DETALLE DEL PIE

A mi, personalmente lo que más me llamo la atención fue la extremada perfección de la mujer que se encuentra dentro de la caravana. Podemos interpretar que está dormida profundamente, tranquila, plácida, o podemos interpretar que está muerta, pero lo cierto es que es sumamente hiperrealista, ya que la piel tiene hasta esas manchitas, pequitas y demás que todos tenemos, incluso hubo un momento en el que entraba la luz por una de las ventanas de la caravana, iluminándola un pie, y parecía un pie de verdad, en el que se podían apreciar hasta disimuladas venitas. 

El pelo también me dejo impresionada, y reconozco que tuve que contener las ganas de tocarlo. Canoso y con pinta de tener mechas rubias, de esas a las que el 95% de mujeres recurren cuando empiezan a tener el pelo cano, con apariencia suave, limpio, con brillo. 

FOTO DEL DETALLE DEL PELO DE LA MUJER

Para mi, la mujer parecía dormida, tranquila, cómoda, pero por otro lado también me creó un cierta situación de incomodidad, quizá por esa sensación de estar metiéndote en su intimidad, en su momento de paz, en un momento en el que está indefensa, sin ser consciente de todos los ojos que la miran, que se pasan por "su casa" cuando ella duerme, impresión que compartimos al salir de la exposición con la profesora, y que ella percibía de esa manera también. 

En la exposición, como le comenté a la profesora yo percibí como dos obras con un mensaje distinto dentro de la misma. Por un lado todos podíamos imaginar a ese "hacedor de marionetas" dentro de su taller trabajando, tomando un café, consultando los libros por allí colgados, utilizando sus alicates, ya que daba la sensación de que él había estado allí trabajando, como quien dice hace diez minutos, por todos los objetos y utensilios descolocados que podíamos ver asomándonos a la caravana. Y por otro lado esa mujer tan real, dormida, en otra parte de la caravana. Al ser de un tamaño real, y parecer una mujer de verdad se salía del estilo de todos los demás personajes que aparecen en la obra, por lo que parece algo a parte, algo que no ha creado ese "hacedor".

UNA MARIONETA Y UTENSILIOS DE "EL HACEDOR"

 Uno de los detalles que más me llamó la atención fue una maqueta de una barco que podemos ver a través de una pequeña ventana de la caravana, que está encima de una tela que es como de encaje de color azul. Es como un barco en el mar (representado para mí por la tela azul) que sube y baja con las olas, pero a un ritmo tranquilo, como el de la respiración pausada de esa mujer dormida, como cuando dormimos tranquilos, soñamos. Para mi creó una sensación de tranquilidad, del momento en el que estás cayendo en un sueño profundo y agradable.

Tras la experiencia en la exposición, tuvimos la oportunidad de conocer de mano de la profesora algo más sobre el mundo de los mandalas, y la relación con nuestro sentir interior y con nuestra naturaleza de mujer.
Creo que fue bonito para todas compartir ese momento de creación al aire libre en un paisaje privilegiado como el de El Retiro. Yo personalmente me sentí muy a gusto y tranquila. Recogí del suelo cercano palitos, cáscaras y flores para hacer mi creación y en cuanto me senté en el suelo a hacerlo sentí que una energía agradable, tranquila e incluso un poco sanadora me invadía. Decidí añadirle agua, como regando la florecilla del centro que me representa a mí, y aunque mi mandala es muy sencillo en relación con los de algunas compañeras no quise añadirle nada más, encontré el equilibrio con esa composición y así quedó.

Fue también especial el momento tras terminar los mandalas, en el que fuimos viendo los de las demás, nos hicimos fotos, compartimos opiniones, etc. Con ese buen ambiente nos surgió a Mónica y a mí hacernos estas fotos que representan nuestra amistad y el momento que estábamos compartiendo.





















Una bonita experiencia llena de sensaciones de todo tipo y agradable gracias al clima, el paisaje y la compañía.