jueves, 19 de febrero de 2015

Cuento

Hoy en clase, hojeando el libro "Desarrollo de la capacidad creadora" de Viktor Lowenfel, en el que se hablaba del papel del adulto en el desarrollo de la creatividad y de la expresión infantil, me ha venido a la cabeza un cuento muy breve, que leí hace tiempo........


“El niño pequeño” (Helen Buckelin)
 
Había una vez un niño que comenzó a ir a la escuela. Él era bastante pequeño y la escuela muy grande. Una mañana la maestra dijo:
-Hoy vamos a hacer un dibujo.
-¡Qué bien! pensó el pequeño.
Le gustaba dibujar y podía hacer de todo: vacas, trenes, pollos, tigres, leones, barcos…Sacó entonces su caja de lápices y empezó a dibujar pero la maestra dijo:
- ¡Esperen, aun no es tiempo de empezar! Aun no he dicho lo que vamos a dibujar. Vamos a dibujar flores.
-¡Qué bien- pensó el niño. Le gustaba hacer flores muy bellas con sus lápices violetas naranjas y azules. Pero la maestra dijo:
-Yo les enseñare cómo, ¡esperen un momento!- Y tomando una tiza pintó una flor roja con un tallo verde. El niño miró la flor que había hecho la maestra y la comparó con las que él había pintado. Le gustaban más las suyas, pero no lo dijo. Volteó la hoja y dibujo una flor roja con un tallo verde.
Otro día la maestra dijo:
- ¡Hoy vamos a modelar con plastilina!.
- ¡Qué bien!- Pensó el pequeño. Le gustaba la plastilina y podía hacer muchas cosas con ella: víboras, hombres de nieve, ratones, carros, camiones…y empezó a estirar y a amasar su bola de plastilina. Pero la maestra dijo:
- ¡Esperen, aun no es tiempo de comenzar! No les he dicho que vamos a hacer. Vamos a hacer un plato.
-¡Qué bien!- Pensó el pequeño. Le gustaba modelar platos y comenzó a hacerlos de todas formas y tamaños. Entonces la maestra dijo:
-¡Esperen! Yo les enseñaré como.- Y les mostró como hacer un plato hondo.
El pequeño miró el plato de la maestra, y luego los que el había modelado. Le gustaban más los suyos pero no dijo nada. Sólo modeló otra vez la plastilina e hizo un plato hondo, como la maestra indicó.
Muy pronto el pequeño aprendió a esperar que le dijeran qué y cómo debía trabajar, y a hacer cosas iguales a la maestra. No volvió a hacer nada el solo.
Pasó el tiempo, y sucedió que el niño y su familia se mudaron a otra ciudad, donde el pequeño tuvo que ir a otra escuela. El primer día la maestra dijo:
- Hoy vamos a hacer un dibujo.
-¡Qué bien!-pensó el pequeño, y espero a que la maestra dijera lo que había que hacer; pero ella no dijo nada, solo caminaba de un lado a otro mirando que hacían los niños. Cuando llegó a su lado, le dijo:
-¿No quieres hacer un dibujo?.
- Sí- contestó el pequeño – pero ¿qué hay que hacer?-
-Puedes hacer lo que tu quieras- contestó la maestra.
-¿Con cualquier color?.
-¡Con cualquier color! si todos hicieran el mismo dibujo con los mismos colores, ¿cómo sabría yo lo que hizo cada cuál?-
El niño no contestó nada, y bajando la cabeza, dibujó una flor roja con un tallo verde.

http://teachincommunity.wordpress.com/2012/09/17/un-cuento-para-maestrs/

1 comentario:

  1. Este cuento refleja bien cómo podemos castrar a un niño en su expresión artística y conseguir que no se identifique con lo que hace

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